lunes, 24 de noviembre de 2014

Artículo de opinión: "La fiesta escolar de Halloween"

Halloween se ha convertido en una de las fiestas más importantes de los centros educativos. Lo que comenzó siendo una actividad de la asignatura de Inglés, ha terminado invadiendo todo el colegio y ha llegado incluso a salir del recinto escolar para convertirse en una fiesta infantil y juvenil muy importante, posiblemente, la más importante.
Por mi parte, creo que la fiesta escolar de Halloween está siendo desproporcionada, en la mayoría de los casos. A continuación expongo mis reflexiones después de sufrir año tras año esta celebración.
En primer lugar, es una fiesta totalmente ajena a nuestra cultura que pertenece al mundo anglosajón. Comenzó siendo un contenido de la asignatura de Inglés que formaba parte de ese bloque que se llamaba “cultura británica o anglosajona”. No entiendo por qué celebramos una fiesta tan lejana culturalmente, aunque cada vez menos, e ignoramos fiestas y celebraciones de nuestra cultura: por ejemplo, a penas se celebra en los colegios la fiesta de la Constitución o fiestas locales.
La fiesta de "Todos los Santos", que sería la versión española de Halloween, tiene otros símbolos, ritos y significados. El tratamiento de la muerte, por ejemplo, y de los seres queridos que ya no están entre nosotros, es mucho más humano y afectivo que el anglosajón de Halloween. Se mantiene una cierta relación familiar con los que ya no están entre nosotros. Nada que ver con el enfoque terrorífico, macabro y "friki" de la fiesta anglosajona.
La segunda reflexión sobre la fiesta escolar de Halloween, es que se trata de un momento en el que se pone de manifiesto el complejo de inferioridad cultural que tenemos en nuestro país, hacia lo anglosajón en general, y hacia lo norteamericano en particular. Halloween es la versión siglo XXI de “Bienvenido Míster Marshall”. Siempre pensamos que los demás, son mejores y más valiosos que lo nuestro, de lo que normalmente, nos avergonzamos.
De este complejo de inferioridad viene que asumamos tan felices la invasión cultural que llega a cada vez más ámbitos. Nos están invadiendo en la dieta, con esa apuesta por la comida basura y comida rápida. Nos invaden en las celebraciones y símbolos, por ejemplo, en la Navidad, en la que hemos hecho a Papá Noel como algo propio de toda la vida. En el lenguaje, en el que cada vez se incorporan más anglicismos; y por supuesto, en eso que queremos llamar “bilingüismo”, o “plurilingüismo”.
¿Qué será lo próximo? Seguramente celebraremos “el día de acción de gracias” y nos comeremos un pavo en familia,. Qué pena que no se nos pegue lo bueno de la cultura norteamericana, como el espíritu verdaderamente democrático, su sentido de la libertad, el espíritu emprendedor o su sentido de la multiculturalidad.
Pero no pasa nada: ya tenemos aquí la fiesta escolar de Halloween. Después de ella, los supermercados comenzarán a colocar los turrones y polvorones en sus estanterías y los conocidos comenzarán con el acoso de la lotería de Navidad. Al menos, eso, los turrones, polvorones y lotería de Navidad, sigue siendo de nuestra cultura.
Julián Trullenque